En las épocas en que nos sentimos faltos de motivación, decaídos y tristes, podemos recargarnos de energía con la ayuda de un jaspe amarillo.
Éste es un buen ejercicio para realizarlo por la mañana, antes de empezar la jornada, y así beneficiarnos de sus efectos regeneradores durante todo el día. Lo haremos de pie, frente a la ventana abierta, para poder sentir en nuestra piel el calor del sol.
Cogeremos el jaspe amarillo con la mano derecha, rodeándolo con los dedos, de forma que un vértice se apoye en el centro de la palma y el otro esté dirigido hacia arriba (si la piedra es redonda, entonces esto no será necesario); y extenderemos el brazo hacia delante, alzándolo a la altura del hombro. Ahora, con la mano izquierda en el chakra del plexo solar, comenzaremos a respirar a un ritmo uniforme y potente, buscando la relajación.
Una vez alcanzado este estado mental más calmado, imaginaremos que toda la energía del universo penetra a través del cristal en nuestra mano, y recibimos su fuerza y vitalidad. Debemos concentrarnos en sentir cómo se irradia en oleadas esa energía, y cómo va recorriendo todo nuestro cuerpo; primero lentamente, y luego con mayor intensidad. Según el tiempo del que dispongamos, podemos dedicar a este ejercicio entre 10 y 20 minutos.
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