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lunes, 2 de marzo de 2020

Magia en la calle (e internet) XVI: Sectas, cómo identificarlas y evitar su captación

¿Qué es una secta?

Según la RAE, encontramos la siguiente definición:

1. f. Doctrina religiosa o ideológica que se aparta de lo que se considera ortodoxo.

2. f. Conjunto de seguidores de una secta.
3. f. Comunidad cerrada, que promueve o aparenta promover fines de carácter espiritual, en la que los maestros ejercen un poder absoluto sobre los adeptos.
En resumen, podemos decir que una secta es un conjunto de seguidores de una doctrina religiosa o ideológica (no necesariamente espiritual) concreta, que representa una “sección” o un”sector” desprendido de un conjunto más amplio, o que bien que se ha desgajado de un grupo más grande.​ La palabra secta tiene una connotación de división o ruptura.

Debemos quitarnos de la cabeza el concepto “secta igual a personas con capucha sacrificando vírgenes e invocando a Satanás” o el KKK. Las sectas modernas hace mucho que se han alejado mucho de este concepto y, de hecho, ya no abogan por el secretismo o la clandestinidad: su meta principal es volverse, de algún modo, atractivas para captar el máximo de miembros posible. ¿Por qué? Porque a través de sus miembros es de donde obtienen el poder, que es su meta principal.

¿El dinero es el objetivo principal de las sectas? Citando a Miguel Perlado, “el dinero es el aceite que engrasa la maquinaria, así que sí, es uno de sus objetivos principales; pero lo que la mueve es la búsqueda del poder sobre nuestras mentes”.


Características de una secta:

  • Rinden culto a un líder, gurú o figura icónica que pasa a tener control psicológico y físico sobre el resto del grupo.
  • Dogma, credo o creencia que logra hacer creer a sus miembros que ellos son “los elegidos” o que son especiales de alguna manera, y que les convence que la mejor manera de lograr algún tipo de salvación o de gratificación a largo plazo para lo cual es imperativo “convertirse” y seguir a rajatabla las normas impuestas por la secta.
  • Sumisión incondicional de sus miembros a través de:
    • Restricciones a la libertad de culto o religiosa, viéndose éstas suprimidas o reemplazadas por las creencias de la propia secta de un modo totalmente autoritario.
    • Restricciones culturales, educacionales o informativas; considerándose éstas herejía o falta grave contra el colectivo: prohibición de tipos de literatura, música, arte, películas, etc.)
    • Restricciones a la libertad de expresión de los miembros del grupo, tanto por parte de los miembros del poder dentro de la Secta.
    • Restricciones a la libre circulación de los miembros del grupo (dentro y fuera de la ciudad, estado o país).
    • Intromisión en la libertad de pensamiento del individuo, e imposición de cuestiones de moral o creencias personales dictadas por la secta. A menudo usan el miedo, la culpa y la vergüenza para conseguir obediencia (chantaje emocional).
  • Estructura piramidal estratificada en cuya cúspide se encuentra el líder o gurú, y en la (por debajo) que existen puestos de poder que ayudan a mantener al resto de grupo bajo control, y que ofrecen una sensación de “escalada” dentro de la jerarquía grupal para adquirir ciertos privilegios dentro de la comunidad.
  • Explotación de los miembros, bien sea por vía económica (a través de pagos, donaciones o compra de literatura autopublicada por la propia organización), o por las largas horas de trabajo no remunerado, o con un salario mínimo. En casos extremos se ha dado explotación sexual o abuso sexual de niños, niñas y adolescentes por miembros del propio grupo.
  • Imposición regular de “pruebas de fe” o sacrificios personales, normalmente en forma de donaciones importantes, entrevistas o tests; pero que en casos extremos implican tareas o pruebas humillantes o denigrantes en las que se pone en riesgo la integridad física y/o mental del individuo.
  • Existencia de castigos o refuerzos negativos para aquellos que no siguen correctamente las normas de la secta, y que suelen mermar la reputación del miembro dentro de la misma.
  • Fraudes, evasión de impuestos, rompimiento de leyes y tradiciones religiosas, de costumbres sociales, objeción de conciencia ante leyes consideradas contrarias a sus creencias, etc.
  • Intolerancia radical hacia otros grupos o hacia las personas no-pertenecientes a la secta, llegando incluso al uso de la violencia en un afán de defensa paranoica.


En los casos más extremos, el incumplimiento de la doctrina impuesta por la secta genera:
  • Abusos reiterados de poder de quienes están en la parte más alta de la pirámide hacia los que están en la base.
  • Aislamiento de los miembros de la secta respecto al resto del mundo, incluyendo familiares y amigos.
  • Conflictos familiares, particularmente en las familias donde uno de los padres ha abandonado el grupo y los niños continúan en él (o viceversa). Estos grupos pueden llegar a inducir el abandono radical y hostil del núcleo familiar para poder permanecer en la comunidad.
  • Imposibilidad de que los integrantes (incluyendo niños) accedan a la educación, atención médica, y de visitar a miembros de la familia fuera del grupo o comunidad.

Diferencias entre sectas destructivas y sectas inocuas

Llamamos sectas inocuas a aquellas que, aunque puedan cumplir con algunas de las características citadas más arriba, no provocan daños económicos o físicos sobre sus integrantes, y cuyo nivel de influencia o dependencia no es lo suficientemente alto como para evitar su salida.

Por el contrario, las sectas peligrosas son aquellas que logran causar daños económicos, físicos, psicológicos, etc; a sus integrantes, mayormente por el enorme poder mental que ejercen sobre sus seguidores y por crear relaciones dependientes peligrosas que impiden la salida libre de los mismos.

Alarmas para detectar si estamos entrando en contacto con una posible secta

A parte de todo lo anteriormente mencionado, es posible que nos estén intentando captar para una secta. Desgraciadamente, el rango de edad de captación es enorme, pero los grupos de riesgo serían, mayormente, los niños (por influencia de los padres o familiares) y las personas mayores (en general, la gente dependiente). Aún así, cualquiera a cualquier edad puede ser captado sin darse cuenta del proceso, ya que el papel de la secta es proponer de un modo atractivo, como una vitrina estupenda, algo que llame nuestra atención y, poco a poco, conducirnos a una trastienda bastante más siniestra, en la que luego nada se parece a lo que nos prometían al principio.

Podemos saber si nos están intentando captar:
  • Si estamos pasando por un momento vulnerable o difícil de nuestra vida que nos haya dejado emocionalmente trastocados (pérdida de algún familiar cercano, crisis económica, enfermedad terminal, problemas de autoestima, estado de depresión, soledad o abandono, etc…). Por ese motivo los precursores o captadores de distintas sectas suelen apostarse en tanatorios, hospitales, etc.
  • Si nos ofrecen algún tipo de milagro posible o de recompensa a largo plazo, o si nos aseguran que lo que hagamos será bueno para nosotros o para la humanidad en el futuro (la salvación, sanar el planeta, perder peso, hacernos ricos en poco tiempo, una cura para nuestra enfermedad, que todos nuestros sueños se hagan realidad…).
  • Si nos bombardean al principio con servicios gratuitos (“pruébalo gratis” o “es gratis, no te va a costar nada de nada”) u ofertas limitadas que tienes que coger "a la de ya", sin dejarnos pensar o consultarlo con otras personas.
  • Si durante nuestros primeros contactos con el grupo sentimos una sensación de fraternidad, apoyo y aceptación como nunca antes habíamos sentido. Es otro cebo a través del apoyo social, un tipo de presión de grupo sutil para que estemos más dispuestos a involucrarnos, ya que nos da una falsa percepción de “seguridad”.
  • Si nos intentan convencer de que “su verdad es LA verdad” y el resto del mundo se equivoca”, o de que los que pertenecen a su grupo son “especiales” de alguna manera (te prometen una salvación o algún tipo de recompensa a largo plazo).
  • Si requieren que asistamos a actividades o talleres en lugares apartados o donde no podamos utilizar el móvil porque nos obliguen a apagarlo o no haya wifi, cobertura, etc…
  • Si durante las actividades nos hacen decir o hacer cosas que nos hagan sentir culpa o vergüenza.
  • Si durante las primeras reuniones nos incitan a tomar decisiones rápidas y sin pensar (del tipo “firme aquí, que le sale mejor pagar por dos cursos ahora que si viene mañana y lo paga separado”) o sin contrastar la información con gente de fuera del grupo.
  • Si nos intentan justificar que “lo suyo funciona” o “su verdad es la verdad” mediante el apoyo de figuras públicas famosas o profesionales que abalen sus creencias o que “demuestren” la fiabilidad de lo que nos intenten vender (supuestos estudios estadísticos).
  • Si tratan de crearnos una conexión basada en la dependencia para que sigamos apoyándolos (“sin mi, no lo lograrás”, “si no cumples con tu papel, no te salvarás”, “si te marchas, perderás a toda tu familia y tus amigos”, “si dejas de tomar estos batidos engordarás”, etc).
  • Si nos prohíben o nos dicen que no compartamos las experiencias o conocimientos adquiridos dentro del grupo porque “no nos van a entender” o “no está permitido”.

Muchas sectas modernas se amparan en conceptos como la espiritualidad alternativa, terapias alternativas, la new age, las religiones recreacionistas, el “coaching” que ahora está de moda o, incluso, en los videojuegos. ¿Significa esto que TODAS estas cosas son sectas? NO. Pero sí debemos tener cuidado con ello, porque es posible que alguien se quiera aprovecharse de ellas para captarnos.


¿Cómo darnos cuenta de que un amigo o familiar está entrando en una secta?


  • La persona se aleja o distancia de sus relaciones personales (amigos, familia, etc.) A medida que aumenta la frencuencia del contacto con el grupo sectario, disminuye la del contacto con el resto de personas de su vida.
  • La persona abandona (o incluso repudia) estudios que esté cursando o deja de lado hobbies que le encantan con la excusa de que “ya no le llenan” o “ha encontrado algo que le llena más”, y en realidad está justificando el hecho de que el tiempo que dedicaba a esas cosas ahora tiene que invertirlo en las actividades del gupo.
  • Percibimos que la persona está “rara” o alienada (hablamos con ella pero dice y hace cosas muy impropias de la persona, como con palabras extrañas, frases hechas o clichés, da la sensación de que estamos hablando con otra persona diferente). También podemos sentir que nos miran o nos hablan con cierto aire de superioridad, como si supieran algo que nosotros no conocemos.
  • La persona recurre a mentiras o engaños para ocultar sus actividades con el grupo, especialmente si sabe que la gente de su entorno lo desaprueba.
  • Si vemos que la persona hace desembolsos económicos reiterados (como donaciones) a dicho grupo.
  • Si la persona se irrita, se cierra o se molesta cuando otros critican o no coinciden con el dogma de su grupo o intentan hacerle ver que está entrando en una secta.
  • Si siempre parece tener algún tipo de discurso ensayado ante cualquier crítica o contradicción.

Consejos para ayudar a salir de la secta a otras personas:

Debemos entender también que no es lo mismo tratar con personas que se han criado dentro de una SIEMPRE CONTAD CON AYUDA DE PROFESIONALES DE LA PSICOLOGÍA, y especialmente si hay niños implicados, porque el proceso de aceptación y reconexión es muy largo y complicado, y puede tener consecuencias traumáticas si no se hace correctamente (en especial si han habido abusos o conductas especialmente tóxicas).
secta y que, por ende, el nivel de influencia que tienen es brutal porque no conocen nada más; que con personas que fueron captadas y transitaron siendo adultas. En cualquiera de los casos,
  • NUNCA le digáis a una persona que está en una secta: “Estás en una secta”. Para que la manipulación sea efectiva, uno no debe percatarse de la realidad, y las personas que están involucradas con sectas NO SON CONSCIENTES de que lo están.
  • No lo afrontéis desde la perspectiva de “tengo que salvar a Fulanito”. Más bien eres quien va a ayudarlo a salvarse a sí mismo, ya que la mejor manera de salir de una secta es que sea la propia persona la que rompa con ella.
  • Tened MUCHA paciencia. Cada persona tiene un proceso mental diferente y a algunas le costará más que a otras darse cuenta de la realidad. La salida de la secta tarda en llegar. Además, antes de la aceptación, primero hay que pasar por la etapa de justificación, en la que la persona captada tratará de explicar y justificar sus acciones para seguir dentro de la secta.
  • La mejor manera es crear una red de acercamiento por parte de familiares y amigos para ir dejándole caer información a la persona para que ella la vaya cogiendo poco a poco. Esto también le creará sensación de seguridad, de que si sale no se quedará solo o desamparado, sino que tendrá apoyo y quienes le apoyen cuando lo haga.
  • Hacerles ver las cosa buenas que les esperan si renuncian a la secta, hacerles ver que hay una vida más allá.
  • Es importante ofrecerle información que no provenga del grupo sectario, a través de pequeñas conversaciones, libros, películas, etc… Que le hagan llegar la información que la secta intenta ocultarle de un modo sutil, de manera que ella misma pueda contrastarla con la información distorsionada de la secta y darse cuenta de que “algo no encaja”.
  • En algunos casos incluso podemos refutar los argumentos justificantes o las “frases hechas” buscando las contradicciones dentro de la literatura o información de la propia secta para que la persona se dé cuenta de que ni su propio grupo es coherente con lo que predica.
  • Ponerles en contacto con ex-miembros del grupo sectario para que compartan sus experiencias y para que puedan verse reflejados más fácilmente.
  • Lo mejor sería lograr que la persona accediera a verse con un profesional de la psicología especialista en estos temas, pero lo normal es que le hayan convencido de que no debe hacer esto bajo ningún concepto. Por eso es mejor hacer la aproximación de un modo más amigable, no como un “necesitas un psicológo”, sino simplemente lograr que acceda a tener una conversación sobre el tema con otras personas que estén fuera del grupo sectario para que tenga una perspectiva que contaste con su situación y que le haga preguntarse cosas.


Fuentes


Entrevistas y experiencias personales:


Canales de difusión de ex-miembros de los Testigos de Jehová:


Documentales:

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