Este ejercicio puede ser muy útil cuando se estudia para presentarse a cualquier tipo de examen o prueba, o bien cuando se enfrentan problemas laborales complejos.
Pondremos frente a nosotros una vela encendida y nos sentaremos en posición de loto o semiloto, con la espalda recta y las manos sobre las rodillas, con las palmas rectas hacia arriba y los dedos pulgar e índice unidos para facilitar la concentración. Apoyaremos una calcedonia azul en la palma de la mano izquierda y un ámbar amarillo en la derecha, ya que este color estimula las funciones lógicas y sus vibraciones tienen efectos beneficiosos sobre el sistema nervioso.
Con los ojos cerrados, procuraremos que la respiración sea cada vez más profunda y, lentamente, nos concentraremos en los colores. Primero lo haremos en el azul, que favorece la comunicación y la claridad de ideas: dejaremos que su luz nos inunda y abriremos los ojos en el momento en que sintamos que nuestra mente se pierde en un mar azul, para así poder observar el brillo azulado de la calcedonia a la luz de la vela.
Luego, cerrando de nuevo los ojos nos concentraremos en el color amarillo del ámbar, dejándonos invadir por él.
Repetiremos esta alternancia durante 15 minutos y después meditaremos en el tercer ojo tratando de interiorizar las sensaciones que acabamos de experimentar. Notaremos cómo aumentan nuestra disposición hacia el trabajo intelectual y nuestra capacidad de concentración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario