Una experiencia inolvidable que le recomiendo a todo aquel, pagano o no, que pase por este blog. Da igual que vayas solo a la aventura, o con tus amigos dispuesto a organizar toda una acampada en el lugar. Sólo por la preciosa localización del pueblo pegarse un montón de horas de viaje merece la pena. La geografía es como sólo puede esperarse de la comunidad Gallega: espectacular. Nos hizo un tiempo de vicio, sobre todo teniendo en cuenta que estábamos tan al Norte. Y la gente, el ambiente y la música no han podido estar mejor.
Gracias a la gente de BlaBlaCar, pude acercarme el viernes por la tarde para pasar el festival con unos amigos, y disfrutar de los conciertos de artistas internacionales del folk y la música celta como Gwendal, Kan o Harmónica Creams; así como de bandas nacionales y espectáculos de la comunidad que también nos hicieron pasar un rato impresionante. Especialmente reseñables los integrantes de la banda irlandesa Guidewires, que dieron un directo espectacular, con un sonido limpísimo e hicieron vibrar y bailar a todos los asistentes al concierto.
El ambiente general, quitando la parte chunda-chunda de la zona del camping, donde la fiesta rave parecía no tener principio ni fin, es absolutamente absorbente y de lo más pintoresco. No sólo por los conciertos, sino por los mercadillos ambulantes, los puestos del pueblo, las vistas de la playa...Todo tipo de gente va a verlo, incluyendo un elevado número de extranjeros. Es un lugar perfecto al que ir para apagar el móvil, olvidarse de las preocupaciones, pasar unos días tranquilos, disfrutar del ambiente e irse de fiesta cuando a uno le apetezca, porque siempre hay marcha por algún lado.
Curiosidad que me llamó la atención y que me ha hecho escribir esta entrada, es que en el camping vi a un grupo de wiccanos celtíberos haciendo un ritual lunar con música de gaita durante el atardecer el sábado, adorando a "la luna nueva en brazos de la llena", la cual brillaba de un tono naranja intenso en un cielo violáceo salpicado de nubes y estrellas.
En resumen, muy recomendable, aunque estos últimos años he oído que ha perdido mucho. Tanto para los más celtas como para los más fiesteros. Eso sí, en festivales tan grandes ya se sabe: no perder de vista tu consumición, ni tu cartera, y acordarte de "dónde coño está tu Quechua".
Que nunca se sabe...
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